El análisis de la periferia de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México se realiza en este libro a partir de dos elementos fundamentales: la relación entre los procesos urbano y agrario en el ejido, y el impacto de la nueva ley agraria en los ejidos periféricos. En lo que respecta a la relación entre estos dos procesos hay que señalar la coincidencia de lo urbano y lo rural en el ejido, no sólo como un proceso de transición de las relaciones agrarias a los procesos urbanos sino, también, como una serie de relaciones que permiten en gran medida la sobrevivencia de las actividades rurales y la creación de estrategias que ayudan a la persistencia del núcleo ejidal. En este sentido es importante preguntarse: ¿cuáles son las características de los campesinos que sobreviven en los ejidos periféricos? ¿cómo han logrado sobrevivir? ¿de qué manera han enfrentado el embate del crecimiento urbano? ¿cuáles son sus perspectivas para el futuro ante la nueva ley agraria? Para contestar a algunas de estas interrogantes se consideraron, entre otros elementos, las actividades agropecuarias del ejido y la distribución del empleo en la población ejidal.
Otro elemento que no podía dejar de estar presente en este problema es el que alude a los cambios en la definición jurídica de la propiedad ejidal. De aquí que una de las interrogantes estuviera relacionada con la manera en que la nueva ley agraria permite la pulverización de los ejidos o la sobrevivencia de los mismos. En lo que se refiere al proceso agrario surgió una pregunta importante: ¿es posible delimitar la periferia rural? Para responderla era necesario definir las líneas, respecto a las tendencias de la urbanización ejidal, con las cuales se podría identificar el rumbo del crecimiento urbano y, por ende, aquellas zonas en donde posiblemente se intensificaría el proceso de urbanización de los ejidos. En este sentido se planteó la necesidad de indagar sobre el funcionamiento de los ejidos y sondear las expectativas de los ejidatarios con respecto al cambio del uso de suelo. Por otro lado, en el marco de la urbanización ejidal, las nuevas disposiciones agrarias sugirieron las siguientes preguntas: ¿cuál sería el papel de las instituciones agrarias que controlaban la regularización del suelo ejidal para colonias urbanas? ¿qué tipo de relaciones se establecerían entre los ejidatarios, avecindados y colonos? ¿qué causes seguiría el proceso de urbanización ejidal? ¿qué posibilidades tendrían los gobiernos locales de determinar la transformación de los usos de suelo ejidal?, ¿existe un interés real del capital inmobiliario de asociarse con ejidatarios? A todas ellas se intenta dar respuesta en este interesante trabajo.