El automóvil ha condicionado la urbanización del siglo XX en prácticamente todo el mundo. Este artefacto, o mejor dicho, el sistema de automovilidad que ha generado, domina en mayor o menor grado, las economías nacionales, las formas físicas de las ciudades, las prácticas cotidianas de sus habitantes y sus modos de interacción entre sí y con los lugares.
La movilidad de una ciudad concierne, entonces, cuatro dimensiones interrelacionadas: su economía, en la medida en que depende de la producción y consumo de automóviles tanto dentro del sector formal como del informa; la ubicación y formas físicas de los lugares generados por y para cada automóvil; sus habitantes, en la medida en que sus prácticas cotidianas y modus vivendi dependen del automóvil o son afectados por éste; y finalmente la movilidad en sí, es decir, las prácticas de traslado que solo pueden realizarse en automóvil para acceder a personas y lugares dentro de la ciudad.
La interacción entre estas cuatro dimensiones de la automovilidad ese el tema de investigación propuesto. Las políticas para desincentivar el uso del automóvil en México se han enfocado principalmente en mejorar la oferta de transporte colectivo mediante inversiones en transporte público. Estas inversiones generalmente se realizan al mismo tiempo y de modo totalmente descoordinado con otras acciones que favorecen la automovilidad: construcción de vialidades, paso a desnivel, estacionamientos, ampliación de calles, etc. No se ha considerado seriamente la posibilidad de inducir por otros medios la reducción de la movilidad en auto particular, es decir, gestionar la demanda. Reflejo de la falta de interés en reducir la dependencia del automóvil en México es la falta de comprensión del fenómeno en este país. La decisión del individuo de utilizar el auto en la ciudad depende no sólo de la disponibilidad relativa del transporte público y privado, o de los costos y beneficios de ambos modos.
La automovilidad también depende de factores socio-culturales, de su papel como símbolo de status social, de usos y costumbres heredados o adquiridos, delos miedos reales o imaginados asociados con el transporte público, de la individualización del consumo de la posibilidad de realizar actividades dentro del auto (música, dvd, sexo), de los nuevos gadgets tecnológicos instalados en los autos.
Para combatir la dependencia del automóvil, es necesario conocer la partiendo de la información geo-estadística con la que ya contamos, la investigación propuesta aplicaría una combinación de técnicas cualitativas y cualitativas para comprender y pronosticar la automovilidad en la Ciudad de México en sus cuatro dimensiones interrelacionadas.
Objetivos:
1. Aportar conocimientos científicos sobre las prácticas de automovilidad en la Ciudad de México que alimenten políticas tendientes a reducir el uso del automóvil.
2. Analizar las prácticas de automovilidad en sus cuatro dimensiones e identificar las relaciones entre ellas y con las políticas públicas que las afectan: a) La automovilidad de la economía, b) La automovilidad de los habitantes; c) La automovilidad de los lugares y la división social del espacio y d) La automovilidad de los viajes. A estas cuatro dimensiones, se les agregó e) la automovilidad de las políticas públicas.
Año de inicio: 2012
Año de término: 2015
Responsable: Priscilla Connolly
Participantes: Guénola Capron, José Castro, Emilio Duhau (†), Salomón González y Ruth Pérez López
Financiamiento: Ciencia básica, CONACYT.
Área de Sociología Urbana / Universidad Autónoma Metropolitana - Azcapotzalco