Ninguna nación en el mundo llegó a calcular los impactos ambientales provocados por los tipos de procesos productivos que incorporaron, llegando a entender que la existencia de numerosas chimeneas emitiendo humos era un indicativo del progreso económico que reflejaba el alto o bajo nivel de industrialización.
Con el tiempo dicha medida originó el agotamiento de energía, recursos y materias primas con la consecuente acumulación de cerros de basura o desperdicios de toda clase, haciendo evidente que habría que pagar los costos de los daños asociados y reflejados en la salud humana con el deterioro de la calidad ambiental y en el agotamiento de los recursos naturales.
En la década de los setentas se creó en el seno Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) un área exclusiva para estudiar las cuestiones ambientales que concluyeron con la primera Conferencia Internacional sobre el Medio Ambiente Humano auspiciada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Suecia.
Más allá de incrementar el interés en temas relacionados con la preservación del medio ambiente, provocó, por un lado, que los gobiernos comenzaran a aumentar el presupuesto gubernamental que se vinculaba con la conservación del capital ecológico; y por el otro, la aplicación de instrumentos jurídicos, administración y económicos para sustentar la gestión ambiental a través de tecnologías de producción “amigables” con el entorno ecológico y de productos de consumo “respetuosos” del medio ambiente.
En este sentido, las políticas reguladoras demostraron serias limitantes que llevaron al colapso de los sistemas de planificación centralizada basados en el comando y control, ya que: tienden a ser ineficientes, acumulan rezago tecnológico e ignoran diferencias sustantivas entre naciones, empresas, procesos productivos e individuos para resolver los problemas ambientales.
En cambio, la política ambiental que se apoya en instrumentos económicos partió de la premisa de que la mejor manera de contener y revertir los procesos deterioro ecológico es otorgar a los individuos y a las empresas un interés permanente y claro en ello, pues si desde una perspectiva social el proceso 7 económico plantea un conflicto entre crecimiento y distribución, desde la perspectiva ambiental aparece como una contradicción entre conservación y desarrollo.
Idónea Comunicación de Resultados
Maestría en Planeación y Políticas Metropolitanas
Autor:
José Ángel Mora Reyes
Asesora:
Dra. Miriam Alfie Cohen
Fecha:
2007
Av. San Pablo No. 180 Col. Reynosa Tamaulipas C.P. 02200 Alcaldía Azcapotzalco Ciudad de México
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Área de Sociología Urbana / Universidad Autónoma Metropolitana - Azcapotzalco