Los trabajos que aquí se presentan son producto del XXVI Encuentro RNIU que, a la vez, constituyó nuestro Tercer Congreso Internacional, y que tuvo lugar en la ciudad de Puebla, del 22 al 26 de septiembre de 2003, bajo los auspicios de la Universidad Autónoma de Puebla, la Universidad de Guadalajara y la Universidad Autónoma Metropolitana (Rectoría General, Iztapalapa, Xochimilco y Azcapotzalco).
Es importante marcar que los temas que se abordan en cada libro, producto de este Congreso, no corresponden exclusivamente a cada una de las Mesas de Trabajo, es decir, no se publicará un libro por cada Mesa. Tal y como lo planteamos desde nuestro Congreso anterior, la publicación de los trabajos se mueve en la perspectiva de cruzar discusiones a partir de estructurar-desestructurar-reestructurar cada una de las Mesas temáticas que se desarrollaron durante el Congreso. Por supuesto, esto es un objetivo a largo plazo que todavía no logramos engarzar desde la propia dinámica de nuestros Congresos, en donde el espacio que hemos denominado ;Comunicaciones (y que aún no logramos consolidar en este segundo esfuerzo) debe responder a este cruce en los debates de las diferentes Mesas, dando a lugar a ponencias diferentes a las presentadas inicialmente y, por supuesto, modificando la dinámica del debate y de la reflexión.
Ahora, tal y como lo hicimos en la colección anterior, la desestructuración-reestructuración está dada únicamente por la obvia intersección entre temas de las diferentes Mesas, pero la construcción de la idea-fuerza que las atraviesa en su conjunto es todavía una tarea pendiente y, sobre la cual, sólo hemos logrado esbozar algunas líneas que se irán exponiendo en cada uno de los cuatro libro que componen esta colección.
Antes de entrar en materia, debemos decir que esta segunda selección de trabajos (la primera selección se hizo para aceptar o rechazar las ponencias que se presentarían en el Congreso), solamente incluyó 65 de los 165 trabajos presentados durante el Congreso, para el que hubo cerca de 250 propuestas.
En este libro se presentan los primeros diecisiete trabajos de esa selección, y constituyen el primer libro de esta colección que incluye cuatro libros. Los temas que se ;reconstruyeron y con el cruce de Mesas, en este libro, fueron los correspondientes a: Población, familia y mercados de trabajo; Servicios públicos y nuevas formas de gestión; y Producción del marco construido, formas de apropiación de suelo y vivienda.
El eje que las atraviesa, en general, es el abordaje que privilegia a la población como centro de la reflexión, pero de manera muy diferente a como se hizo en el Congreso anterior, en donde el análisis sobre la inserción de la población en el trabajo jugó un papel muy importante, pues no sólo se analizaba la estructura del mercado laboral y la movilidad a su interior sino, también, la forma en que éste se estaba dando por grupos de edad (privilegiando a niños y jóvenes) y género. Además, en ese momento, se abordó profusamente la cuestión de la migración nacional e internacional, planteando una geografía laboral muy diversa, en donde el trabajo descalificado marca la pauta de los niveles de vida y el vaciamiento de comunidades enteras que no encuentran alternativas en su país de origen. Temas vigentes, que en esta ocasión no fueron abordados en ninguna de sus vertientes.
Ahora se hizo énfasis en la forma en que la gente se inserta en su entorno territorial, sus prácticas de uso y apropiación de ese territorio, así como la forma en que se relaciona entre ella misma, a partir de las formas diversas en que se ha dado la expansión de la ciudad y se ha producido el marco construido.
Así, cuando se nos presenta el caso de Bogotá, se plantean ideas interesantes que son generalizables a muchas ciudades latinoamericanas; por ejemplo, cuando se afirma que ;ciudades en expansión acelerada se van vaciando de contenidos; las relaciones vecinales, la regulación de comportamientos por conocimiento y afectividad, la identidad con el espacio, las probabilidades de contacto que ofrece el espacio público, se van diluyendo. Los barrios, que son el terreno de juego en donde se hace cotidiana la esencia de la ciudad, se eclipsan. La ciudad en estas condiciones deja de ser ciudad y se convierte en asentamiento urbano en donde el contacto, el intercambio y la comunicación es patrimonio, sobre todo, de las redes que le quitan a la calle el sentido que hasta ahora tenía como espacio público. Por otro lado, se plantea que los problemas que causa un modelo de ciudad difusa, como lo son en general nuestras ciudades, ;tienen que ver, básicamente, con la demanda permanente de suelo urbanizable, el consumo de servicios ambientales de otras subregiones como el agua y la seguridad alimentaria, espacios recreativos de tipo ecológico, más espacios para vías en donde la prelación es el vehículo, y la casi ausencia de espacios públicos peatonales (“) a medida que se presenta en la ciudad, restricción de suelo para urbanizar, conjuntamente con una acelerada urbanización y fuertes presiones para edificarla, para hacerla o modelarla espacialmente a partir de un bien como la vivienda, las consecuencias son notorias en cuanto a la calidad y cantidad de espacio habitable, calidad del espacio público, la calidad del aire por efecto de la concentración y aglomeración urbana, por las presiones de más tierra para urbanizar, etc.
Ciertamente, la forma en que se ha permitido, y se sigue permitiendo e, incluso, alentado, el crecimiento de nuestras ciudades, ha vuelto permanente un problema que en este Congreso se tocó con más profundidad, pero que estuvo presente en el Congreso anterior (en aquélla ocasión de manera esbozada), respecto a la reflexión sobre el hábitat precario e ilegal, que tiende a ser predominante en el crecimiento de nuestras ciudades.
Al respecto, cuando se trata el caso de Buenos Aires, se plantea que ;los planificadores y encargados de diseñar y/o ejecutar las políticas públicas urbanas no han podido mantenerse al margen de un concepto con tantas implicaciones para la cotidianidad de los habitantes de las ciudades. El espacio social es el escenario en donde se desarrolla el acto por antonomasia de la vida urbana: la movilidad. Estar en la ciudad es circular en ella. La ciudad formal y pensada posibilita la miríada de actos de movilidad ejecutados día a día por los lugares habilitados y con los medios personales y colectivos para tal fin. ¿Pero qué sucede en la otra ciudad? En aquella ciudad informal, que escapa a los registros del proyecto y el plan urbanístico; que se escabulle a los usos codificados; que se enuncia a si misma a través de la reconversión de objetos y lugares para nuevos usos y destinos? (“) El panorama, que alimentó los mitos europeizantes de las visiones de los sectores culturalmente hegemónicos, aquéllos que creían en la cercanía idiosincrática de Buenos Aires a las grandes capitales europeas y, consiguientemente, su lejanía a la problemática de las urbes latinoamericanas, se resquebrajó aceleradamente al ritmo del periodo de crisis socioeconómica e institucional larvada durante los años noventa y que se manifestara en las jornadas de diciembre de 2001. Es a partir de esa fecha, que el microcosmos de la resistencia cotidiana a las condiciones de supervivencia extremas impuestas por las políticas aperturistas y de libre mercado extremas se instaló en el primer plano de la consideración de la opinión pública.
Este planteamiento es interesante en la medida en que nos acerca a lo que son las conceptualizaciones que nos han sido impuestas y que, ideológicamente, se yerguen en elementos que nos alejan de un proyecto propio. En este sentido, una idea muy interesante, presentada para el caso de la zona metropolitana de la ciudad de México, reflexiona sobre esa tendencia mundial a pensar ;urbano y que tan de moda se ha puesto hoy en día y que marca la práctica de nuestros gobiernos en materia de política territorial. Es decir, el territorio se ve homogéneamente urbano y las intervenciones se hacen de esa manera, sin importar (y sin respetar) modos de vida que no coinciden con esa perspectiva. El resultado, hasta la fecha, por lo menos en México, no ha sido satisfactorio para ninguna de las partes; a pesar de lo cual, se sigue cultivando la perspectiva unilateral urbana, que tan depredadora de nuestras comunidades rurales e indígenas ha resultado.
El hecho de no tener un mercado interno fuerte por la pobreza que avanza sin importarle lo urbano de las propuestas (pues más bien avanza gracias a eso), y el tener que importar nuestros alimentos por la pauperización progresiva de la que se hace objeto nuestro entorno rural (y, peor aún, si forma parte del hinterland de alguna ciudad), aún cuando podríamos producirlos localmente, tampoco parecen ser buenas razones para modificar nuestra visión de las cosas y tratar de comprender un poco la realidad en la que nos movemos.
Aún en el área metropolitana de la ciudad de México, en donde la parte rural es minoritaria, ésta no debería ser ignorada (en otras áreas metropolitanas se tienen proporciones mucho mayores de ruralidad, y ya no se diga de muchos estados mexicanos). Lo rural está ahí y debe ser tomado en cuenta; pero parece que sólo logra hacerse ver con machetes, para evitar obras urbanas que lo exterminan. Todos quieren obra pública, pero para apoyar sus modos de vida constituidos que, no forzosamente, tienen a lo urbano como panacea. Intentar urbanizarlos porque se tiene una restringida y monolingüe formación (sólo hablan de ciudad), que ni siquiera alcanza a comprender el potencial que podría constituir el lograr ver la otra parte, no ha demostrado hasta la fecha ser una alternativa para alcanzar los niveles de vida que todos deseamos. Por todo ello, reabrir el debate sobre esta cuestión parece imprescindible.
En fin, en los trabajos que aquí se presentan, no sólo se cuestionan estas visiones que son tan aceptadas como erróneas por su unilateralidad (pero se presentan como si fueran la realidad y el paradigma necesario de toda acción); también se presentan novedosos acercamientos a la vida cotidiana y, a partir de ahí, se explora la migración, la relación campo-ciudad, la producción inmobiliaria y la intervención gubernamental rebasada por una realidad que no se deja atrapar en espejismos de modernidad.
Autor: Emilio Duhau
Editorial: UAM-Azcapotzalco, Red de Investigación Urbana, A.C.
Año de publicación: 2001
ISBN: 968-6934-14-6
Área de Sociología Urbana / Universidad Autónoma Metropolitana - Azcapotzalco