Desde la década de los ochenta surge en el ámbito internacional la concepción teórica del desarrollo global, que busca que los Estados Nación apliquen políticas de corte neoliberal que señalan modificaciones legales e institucionales que conllevan a su adelgazamiento. La globalización busca integrar a los Estados a la competencia del libre mercado, y éstos deben ser competitivos si quieren “sobrevivir”, para lograrlo tienen que garantizar las “nuevas” condiciones generales de la producción, siendo el desarrollo urbano el encargado de materializarlo. El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial son los mecanismos institucionales principales, que se han hecho cargo de elaborar las directrices, difundir los “beneficios” (sic) y vigilar en los países el desarrollo de los lineamientos neoliberales que buscan funcionar de manera global. Con la concepción teórica global, el Estado aplica un modelo que bien puede denominarse “liberalismo urbano”, entendido como la libertad del capital privado para que inviertan en las ciudades y proliferen megaproyectos inmobiliarios destinados al terciario avanzado; asimismo la libertad para controlar y promover la producción habitacional y hacerla de manera masiva y en serie, limitándose la acción del Estado a suministrar la infraestructura y los servicios urbanos, todo con la intención de incidir en las metrópolis para que adapten su crecimiento y distribución espacial en función de las actividades económicas regidas por la lógica de las 7 “ciudades globales”, la cual consiste en la competencia de regiones articuladas por nodos urbanos, que constituyan un sistema urbano nacional que a su vez se inserte con el sistema urbano global.
El objetivo primordial de la investigación es: analizar los procesos de producción, organización, transformación y gestión del suelo, a partir de los actos rurales y urbanos involucrados. La hipótesis inicial que respondía a los planteamientos citados, fue la siguiente: “Las estrategias de organización del suelo por parte de los distintos actores (urbanos y rurales) se definen desde una exigencia aparejada al proceso de urbanización. Sin embargo, la forma de ocupación de los espacios por cada uno de los agentes, sigue generando pugnas y conflictos, que se manifiestan en procedimientos novedosos de negociación que intentan influir en las decisiones del poder político, y que se traducen en políticas de suelo acordes a los intereses de cada grupo en particular”.
El trabajo de investigación que se presenta, corresponde a la conclusión de los estudios de Maestría en Planeación y Políticas Metropolitanas en la Universidad Autónoma Metropolitana y aun interés por el tema, la expansión urbana en los pueblos de la periferia de la Ciudad de México. El tema del crecimiento urbano periférico ha sido abordado por los estudios urbanos desde diferentes perspectivas, tales como la formación de asentamientos irregulares, la conformación de distintos tipos de poblamiento, el proceso de urbanización en propiedad ejidal (principalmente), el análisis de las políticas de suelo, etc. Sin embargo, desde la década de los ochenta se percibe un mayor interés por conocer la relación campo-ciudad en torno a la expansión del área urbana, debido a las tendencias de crecimiento urbano periférico, pues para la década de 1970-1980 estaba ocupada por las colonias populares que representaron el 53% del crecimiento total, seguido de los conjuntos habitacionales con el 18 % y las colonias residenciales medias 8%. En la década 1980-1990, el porcentaje de las colonias populares fue el 61%, los pueblos conurbados representaron el 19%, los conjuntos habitacionales el 8.5% y las colonias residenciales tipo medio ocuparon el 6% de la superficie urbana (Cruz, 1997;14). Para esta última década, llama la atención la aparición de los pueblos conurbados en el poblamiento urbano, pues se observa un cambio importante en las tendencias de ocupación de suelo ya que el área urbana integró en su expansión territorial, a pueblos que ya existían y eran parte de la periferia rural y que hasta los ochenta estos asentamientos antiguos se habían mantenido al margen del proceso de urbanización. En este sentido, los urbanistas y los investigadores rurales han puesto su atención en el estudio de las sociedades rurales desde y hacia dentro de las propias comunidades.
El presente trabajo trata de acercarse a lo que significa la vida, su condición y calidad, para los habitantes asentados en contigüidad, en diferentes tipos de comunidades; el Conjunto Habitacional Villas de San José y Pueblo Conurbado Santa María Cuautepec, en el Municipio de Tultitlán de Mariano Escobedo, Se parte del supuesto siguiente: el continuo urbano provoca en su expansión, cambios en las condiciones y calidad de vida en los asentamientos que se van creando, así como en los que antaño existían. Estas transformaciones son resultado, primero, del proceso de metropolización en la Ciudad de México y, segundo, de la interacción que de un modo u otro se establecen entre las diferentes comunidades. Los efectos e impactos más importantes de estos fenómenos, se deben rastrear en las condiciones de mejora o desmejora de su entorno: traza urbana, servicios públicos, calidad de la vivienda y, de manera particular, en los sentimientos de satisfacción o insatisfacción que manifiestan los habitantes ahí asentados.
Investigación que aborda el encuentro rural-urbano en el municipio de Tecámac, a través del proceso de urbanización local considerando la participación del mundo rural en este proceso y el diseño de las políticas de suelo. Para ello se plantean los siguientes objetivos específicos: 1) se ha de atender las características del proceso de urbanización que presenta el Municipio, considerando primeramente el contexto de la ZMCM, 2) se verá la incorporación de tierra agrícola y el papel de los diferentes actores sociales en la definición de las formas de ocupación urbana del municipio; 3) se analizaran las condiciones de lo rural a través del usos y manejo del espacio, sustentado en la propiedad de la tierra, como una de las estrategias de supervivencia y vinculación del mundo rural con el urbano; 4) de analizará la intervención de la planeación urbana en el nivel regional y local así como otras políticas de suelo en el proceso de urbanización municipal, en términos de la funcionalidad que adquiere el ámbito rural en este marco.
Conocer la forma en la que Cuajimalpa se urbanizo hasta 1979, para poder comparar con los cambios trascendentales que tiene esta demarcación en cuanto a población, urbanismo, cultura y economía dos décadas después. Explicar el contexto económico, político y social bajo el cual se elaboraron los diferentes programas de desarrollo urbano de la ciudad, así como explicar los factores que dieron lugar a los mismos.